top of page
Pasar un camello por el ojo de una aguja.
La posibilidad
me llevó a imaginar
la urdimbre.
​
Pensé:
Tengo que cortar,
extender,
deshilar el cuerpo
​
crear la distancia
donde el nombre casi desaparezca
en una hebra muy delgada.
​
Entonces
dibujé la trayectoria
sobre cada pliegue de la carne:
​
otro nombre,
otro nombre,
otro nombre...
​
Pero cedí el trazo pronto
​
y fue inasible,
infinito,
negro
.
bottom of page